Una adecuada distribución del equipamiento garantizará la ergonomía y el confort en cada una de las zonas del baño. Saca el metro...
Más allá de las dimensiones del baño, hay una serie de medidas y distancias entre los distintos elementos que lo conforman que hay que respetar para que resulte cómodo y funcional. Y es que, si bien la amplia oferta de sanitarios y mobiliario existente incluye piezas reducidas para adaptarse hasta a las estancias más pequeñas, no solo se trata de que nos quepa todo sino que es tanto o más importante poder hacer un uso holgado y sin obstáculos del espacio. Toma nota de las medidas mínimas y, a partir de ahí, distribuye el equipamiento del baño de la forma más ordenada y funcional, partiendo de los elementos mínimos: lavabo, inodoro y ducha.
Zona de cortesía. El lavabo es la parte más decorativa del baño y, generalmente, la que se sitúa en la posición central del mismo. Necesita un espacio mínimo de unos 70-75 cm de ancho y unos 60 cm de profundidad para que resulte una zona cómoda y ofrezca espacio suficiente para dejar cosas. El ancho se duplicará si se trata de un lavabo doble para baños compartidos, a lo que hay que sumar unos 15 cm como separación mínima entre ambos lavamanos. Hoy día existe, no obstante, equipamiento mini, pensado para baños muy reducidos o incluso versiones dobles, para un uso compartido, que ocupan menos espacio que dos lavamanos idénticos. Delante del lavabo hay que dejar un mínimo de 70 cm y la mitad de ese hueco a cada lado del mismo, para poder movernos con libertad.
Ergonomía en el uso. Si bien la altura de los lavabos puede adaptarse en función de lo que midan los usuarios, existen unas medidas estándar orientativas. Así, por ejemplo, el lavamanos debe situarse en torno a unos 85-90 cm del suelo. Esta medida debe tomarse con respecto al borde de la pieza en el caso de los modelos de sobremesa, mientras que en los de encastre la referencia será el borde de la encimera en la que se integre. La tendencia hacia los muebles bajo lavabo de tipo suspendido permite ajustar la altura de forma personalizada con facilidad.
Mínimo hueco, máxima capacidad. En lo que se refiere al almacenaje, cada vez son más las series de mobiliario que incluyen módulos complementarios para aprovechar huecos reducidos. Mención aparte merecen las columnas extraíbles –como la de la imagen– que con anchuras de 10 a 20 cm aprovechan toda la profundidad de la encimera o el armario bajo, así como toda la altura hasta el techo, al tiempo que ofrecen un acceso total a su interior.
A la altura de los ojos. Si bien los espejos convencionales suelen situarse a unos 10-15 cm sobre el lavabo, en el caso de sustituirlos por un armario mural con frente de espejo conviene ampliar este margen a unos 25-35 cm para que el lavabo o el grifo no obstaculicen su uso. Esta segunda opción resulta muy práctica para ampliar la capacidad de almacenaje en baños pequeños, ya que con apenas 10 cm de profundidad se gana mucho espacio para guardar cosas pequeñas.
¿Bañera o ducha? Una bañera estándar requiere un hueco de unos 70 cm de ancho por 120-140 cm de largo, si bien son más cómodas las de 80 x 150-160 cm. Dadas sus grandes dimensiones, conviene analizar conjuntamente el espacio disponible junto con nuestras necesidades prácticas. Las bañeras resultan muy útiles en casas con niños, por ejemplo, mientras que en el caso de personas mayores pueden resultar peligrosas. De bañera a plato de ducha. Algunas cuestiones que hay que tener en cuenta
Cabina de ducha. Sustituir la bañera por una ducha de grandes dimensiones es una buena alternativa tanto funcional como estética. Para disfrutar de la ducha con comodidad se recomiendan unas dimensiones nunca inferiores a 90 cm de ancho, con un acceso mínimo de unos 60 cm. Si disponemos de más espacio, lo ideal es diseñar un habitáculo de unos 90 x 120-140 cm, con un acceso de entre 80 y 90 cm. Los platos de ducha enrasados a nivel de suelo ofrecen una mayor comodidad de uso y potencian la sensación de amplitud en baños pequeños.
Dos en uno. Existen muchos modelos de bañera multifunción, pensados para usarse también como ducha, e incluso hay versiones que permiten el acceso al interior como si se tratara de una ducha, mediante frentes batientes en el faldón de la bañera. No obstante, si los metros no son un problema, siempre es mejor crear una cabina que incorpore ambos equipamientos, como la de esta propuesta, con la bañera encastrada por debajo del nivel del suelo, incrementando la sensación de profundidad del baño.
Espacio circundante. Si bien en un principio los elementos de equipamiento para el baño eran bastante estandarizados, la proliferación de diferentes diseños, tanto en lo que respecta al inodoro como al bidé, ha hecho que los haya de muchas medidas. Sea cual sea el modelo elegido, lo que hay que tener en cuenta para su comodidad de uso es dejar unos 50 cm como mínimo frente a cada una de estas piezas y entre 15 y 20 cm alrededor de ellas.
A tu medida. El auge de los sanitarios suspendidos ha traído consigo la posibilidad de variar su altura para adaptarla a las características de sus usuarios. Si bien lo habitual es que la parte superior del inodoro y del bidé se sitúe a unos 45 cm sobre el suelo (esta distancia es antes de instalar el asiento y la tapa, en el caso de los inodoros), el hecho de que las nuevas generaciones sean cada vez más altas está modificando esta referencia e incluso existen ya modelos de inodoro que pueden regularse en altura de forma sencilla en función de su usuario. CONTANOS… ¿Reformaste tu baño y algunas de las medidas entre elementos no son las suficientes? Comparti tu experiencia en la sección de comentarios para que nos sirva de ayuda.