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Crea tu oficina o una zona de estudio en la cocina


Si no cuentas con una habitación extra para tener un despacho, valora ponerlo en la cocina. Aquí te damos algunas ideas sobre cómo hacerlo.

Cada vez más gente necesita tener una zona de trabajo o despacho en casa porque el teletrabajo se ha desarrollado enormemente y muchos profesionales trabajan ya desde casa. Cuando no disponemos de metros para un despacho independiente, se puede integrar esta zona en un espacio de mayores dimensiones aunque esté diseñado para otras funciones, como el salón, el dormitorio o la cocina. Que sea en éste último tiene una ventaja pues permite estar al tanto al mismo tiempo de ciertas tareas domésticas. Te mostramos algunas claves para ubicar una zona de despacho, cómoda y práctica, en la cocina.

Elemento de continuidad. Ampliar la longitud de la barra de la cocina para crear una pequeña zona de estudio, resulta la opción ideal para integrar un espacio de trabajo en esta estancia. Si además puedes hacer que uno de los extremos termine formando una balda, obtendrás espacio extra de almacenamiento. Consejo: Pinta la pared que hace de frente del escritorio con pintura de pizarra negra para poder anotar las tareas pendientes. Pon una pizarra en la cocina y descubre tu lado más creativo

Independiente. Separada por un muro pero abierta a la cocina, esta zona de trabajo trata de seguir la misma línea decorativa para que la composición resulte estéticamente armónica. No cuenta exactamente con los mismos módulos de la cocina pero las piezas elegidas combinan a la perfección con ellos. Es bueno incluir siempre elementos de almacenaje, como estos módulos colgantes en la pared, sobre la mesa, que permiten guardar y archivar correctamente todo aquello que necesitas para trabajar a gusto. Consejo: La iluminación artificial también es uno de los factores que hay que tener en cuenta; un punto de luz orientable y articulable, que podamos redirigir exactamente a la zona que necesitemos iluminar, nos ayudará a focalizar correctamente nuestra atención y evitar molestos dolores de cabeza.

Para más de uno. Si dispones del espacio suficiente en tu cocina, tras haber distribuido correctamente los electrodomésticos, zona de agua, fuegos, almacenaje y despensa, quizá puedas aprovechar un hueco bajo para colocar una zona de trabajo con ordenadores, tanto para tus momentos de trabajo en casa como para los deberes de los más pequeños. De hecho tener una zona de estudio de este tipo en la cocina puede ser una buena idea también para que los niños hagan en ella los deberes mientras cocinas, así los tendrás vigilados. ​

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Bajo la escalera. En una cocina dispuesta junto a una escalera, puedes aprovechar el hueco que queda bajo la misma para colocar una mesa donde poder trabajar con cierta amplitud y comodidad. Consejo: Si tienes que pasar muchas horas frente al ordenador, recuerda utilizar una silla ergonómica, con un correcto respaldo, de altura e inclinación regulable y brazos móviles, todo ello para que la espalda no se resienta y sufra.

​En línea. En cocinas estrechas, a veces hay espacios que no se aprovechan en la zona de paso o pasillo que sirve de acceso a la misma. Diseña ahí tu zona de despacho, en línea junto a la cocina. Necesitarás poca profundidad, con 70 cm es suficiente. Si puedes, incluye una cajonera para guardar todo aquello que no utilices habitualmente, de modo que siempre se verá debidamente organizado. Consejo: Para que quede bien integrada en el espacio, procura elegir el mismo tipo de material para el tablero o la cajonera que tiene el resto de la cocina.

Totalmente oculto. Dentro de la zona de despensa y mediante una balda extraíble puedes generar una pequeña superficie en la que trabajar con el portátil. Incluye unos estantes para tener espacio extra donde guardar papeles o aquello que no necesites usar constantemente. Consejo: Una superficie de trabajo mate es muy importante pues ayuda a evitar los deslumbramientos producidos por la iluminación, por lo que además podremos concentrarnos con mayor facilidad.

Tras una persiana. En este caso, el espacio de trabajo va doblemente escondido tras un armario con puertas pero también puede utilizarse el recurso de la persiana directamente a la vista, sin estar oculto tras otro mueble. Consejo: Si lo integras así, utiliza el mismo tipo de frentes y tiradores que los instalados en el resto de la cocina. Cuando esté cerrado parecerá una zona de almacenaje más.​

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Balda extraíble. Si tienes un mueble bajo o aparador de este tipo, quizá puedas acoplarle una balda deslizante como esta o abatible en un lateral con la que ganarás una superficie extra tanto para consultar el ordenador cuando lo necesites como para cocinar. Consejo: Reserva los cajones más cercanos a la balda para guardar los papeles y el material de oficina e incluso el portátil cuando necesites ese espacio para cocinar.

Con vistas. En una cocina compacta pero con la suficiente amplitud como para poder cocinar y moverse con comodidad y sin impedimentos, puedes aprovechar la zona frente a la ventana para crear una luminosa área de trabajo. La luz natural es un factor esencial para concentrarse mejor. ​

​ Consejo: Para evitar deslumbramientos cuando el sol entra frontalmente en la cocina, instala un estor enrollable con tejido screen que filtre los rayos sin perder luminosidad.​

​ ¿Y TÚ? ¿Tienes una zona de trabajo en la cocina? ¿Cómo la has integrado? Sube una foto en los comentarios.

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