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De bañera a plato de ducha. Algunas cuestiones a tener en cuenta


El primer paso para transformar la bañera en una ducha es poner sobre el papel todos los detalles de la renovación. Te damos algunas pistas.

Con tantísimas fotos de baños grandes –inspiradoras y sugerentes todas, eso sí–, a veces se olvida uno de que la mayoría de las personas tienen que contentarse en su casa con un baño que suele rondar los 4 metros cuadrados. Uno de los aspectos más importantes en este espacio de la vivienda es la ducha. Aposta por ella mejor que por una bañera. Ahorrarás espacio, agua, es más cómoda… Además, sí es posible tener la ducha de tus sueños. Sólo tenes que adaptarla al hueco de la antigua bañera. Pero, ¿cuál es la mejor forma de abordar este cambio? El primer paso es tenerlo todo bien claro. Antes de que empieces a arrancar azulejos, mirar artículos de baño o buscar el color perfecto para las juntas, asegurate de medir, planificar e investigar. Segui estos pasos y no te perderás.

Medi el baño con precisión. Dibuja las medidas exactas de las paredes con toda la exactitud de la que seas capaz. La mayoría de las bañeras suelen tener unos 150 cm de largo. Estas medidas son a todas luces innecesarias en una ducha, donde lo más importante es el fondo. Procura contar como mínimo con 80-85 cm desde la esquina de la pared hasta la puerta de cristal de la ducha que vas a colocar. También deberías tener una altura de techo de al menos 2 metros y un plato que tenga unas medidas mínimas de 75 por 75 cm. Si quieres incluir un banco, asegúrate de tener libres al menos 75 x 75 cm para que el interior de la ducha no resulte demasiado pequeño. Consejo: apunta la ubicación del inodoro. La distancia más cómoda suele ser de 40 a 60 centímetros desde el centro del inodoro hasta el cristal de la puerta de la ducha nueva.

La iluminación es clave. La luz y los azulejos resultan vitales. Tenelo en cuenta desde el principio e inclui luces dentro de la ducha (no sólo fuera). Dependiendo del tamaño y la composición de la ducha tendrás que elegir entre una, dos o cuatro luces para que el resultado sea perfecto. El momento ideal para comprobar si el sistema de iluminación que has elegido va a funcionar es cuando retiren la antigua bañera y tengas libre el hueco para la ducha. El plan de iluminación puede ajustarse fácilmente a la estructura de techo con que cuentan las bañeras. No pongas azulejos ni baldosas hasta que no hayas instalado las fuentes de luz. De lo contrario, te va a resultar complicado hacerte una idea del resultado final. En las duchas se suelen instalar las luces cerca de las paredes y es fácil que se vea cualquier defecto de la instalación. Consejo: planifica por adelantado la instalación del suelo y los azulejos usando como referencia la altura del techo e intenta evitar al máximo los cortes y retazos. Hacer un croquis en papel ayuda mucho y una vez que esté terminado el trabajo podrás aprovechar las juntas para decidir dónde puedes poner los productos de aseo y dónde vas a instalar los accesorios de la ducha.

Deja suficiente espacio entre cada elemento. Intenta que desde el centro del inodoro hasta la puerta de la nueva ducha haya al menos 40 centímetros. Si optas por instalar una ducha pequeña podes reducir un poco este margen. Consejo: coloca una placa de yeso para que simule el panel de cristal de la ducha y siéntate en un cubo que haga las veces de inodoro. Esto te ayudará a decidir a qué distancia quieres colocar el cristal y cómo de grande quieres que sea la ducha. Ahora, colócate en el lugar que ocupará la ducha. Ten en cuanta que quizá 80 cm de ducha no son demasiados. Lo ideal suele ser una profundidad de 85 a 90 centímetros. Consulta también las distancias mínimas que determina la normativa de tu lugar de residencia.

Calcula el radio de la puerta. ¿Dónde vas a colocar la puerta de la nueva ducha para que no choque con el inodoro o el armario del lavabo? Quizá, lo más recomendable sea usar una placa de yeso que pueda hacer las veces de puerta para comprobar la distancia hasta el inodoro y el armario del lavabo. En la reforma de este baño se cambió una pequeña bañera de los años 20 por una ducha a ras de suelo. Como la entrada a la ducha desde el lavabo era demasiado estrecha para poner una puerta, se optó por enmarcar el conjunto con unos bloques de pavés. Consejo: si el agua de la ducha va a salpicar el resto del suelo del baño, lo más apropiado es instalar baldosas de tamaño reducido o cualquier otro material que sea antideslizante. Además, si vas a instalar una ducha sin puerta, tendrás que prestar mucha atención a la elección de los accesorios. Con alcachofas fijas o de lluvia conseguirás que el agua se quede dentro de la ducha, que de eso precisamente se trata.

Dedica tiempo a los accesorios. ¡Puede resultar muy divertido! Mira bien todas las opciones. Los accesorios no tienen por qué ser todos de la misma marca. Si combinas los de dos firmas distintas, el conjunto suele funcionar de maravilla. Consejo: si vas a instalar una ducha de vapor, échale un ojo a los accesorios de Dornbracht. Recuerda que las duchas de vapor deben ser instaladas por profesionales con una experiencia mínima de cinco años en trabajos de aislamiento.

Define bien tus necesidades. Cuando decidas que quieres añadir algo, piensa siempre en qué uso le vas a dar. ¿Cómo vas a utilizar la ducha? ¿Vas a necesitar un banco? ¿Hay hueco para dejar el champú? ¿Qué vas a hacer con la ventana? Ten en cuenta todas estas cuestiones a la hora de llevar a cabo una reforma porque te ayudarán a definir el proyecto de la obra y evitar disgustos innecesarios. Consejo: si tu ducha va a incluir elementos como un banco, una ventana y huecos para los productos de aseo, asegúrate de que toda la superficie de la pared sea impermeable y presta especial atención al perímetro de las ventanas. CONTANOS… ¿Te parecen útiles estos consejos?


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